Esta semana el Partido Revolucionario Moderno (PRM) mostró un comportamiento peculiar. Y es que el presidente Luis Abinader, el expresidente Hipólito Mejía y el vocero presidencial, Homero Figueroa, le respondieron casi de manera simultánea al candidato presidencial por la Fuerza del Pueblo (FP), Leonel Fernández.

Cuando empleas tus fuerzas para responderle a un adversario de manera directa y tajante se le pueden dar varias lecturas a tal comportamiento.

Una es que Leonel sería la única amenaza para el PRM, por lo que no vale la pena fijarse en Abel Martínez, a quien consideran derrotado. Otra es que realmente Abel es el verdadero peligro para el oficialismo, y para tratar de cortar de raíz su posible crecimiento electoral, lo “ningunean” al elegir al oponente más “conveniente”, ese que puede mantener dividida a la oposición.

El triunfalismo

En todo caso; ambas posibilidades perjudican al PRM porque se supone que, para sus electores, la obra de gobierno es la que debe hablar por sí sola. Por ende, entrar en diatribas con dirigentes de la oposición no les suma nada.

Una última lectura es que se sienten tan triunfalistas como para creer que cualquier trivialidad que puedan mantener con un opositor no sería la gran cosa.

Y si esto último es la lectura acertada, entonces muchos deberían recordar lo que ocurrió con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en 2020, pues parte de su derrota en las elecciones pasadas se debió a que algunos funcionarios sin darse cuenta caminaban despreocupados hacia el precipicio electoral.

Las auditorías de la Contraloría

Otro punto a destacar durante esta semana fueron las auditorías internas de la Contraloría General de la República, las cuales se hicieron públicas por la misma administración.

Lo que llama la atención es que las instituciones involucradas en esos informes ya tenían notas de prensa preparadas, pues muchas se divulgaron en menos de 24 horas con estadísticas y todo. En tiempo récord.