Muere en cárcel de Higüey locutor condenado por matar pareja al dejarle caer roca en la cabeza

El locutor Francisco Beras Hernández (Frank Beras), quien cumplía 30 años de cárcel por el asesinato de su esposa Flérida Carrión (Janet) al dejarle caer una roca en su rostro en La Romana, murió la madrugada de este jueves en el hospital público de Higüey debido a una infección bacteriana grave, shock séptico en la piel, diabetes, lesión renal aguda, entre otros males.

El comunicador feminicida había sido ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Nuestra Señora de La Altagracia a eso de las 4:45 de la madrugada por presentar disminución de la frecuencia cardíaca y palidez de piel, pero falleció a pesar de la medicación y masajes cardíacos.

En diversas oportunidades, Beras buscó la libertad condicional alegando situaciones de salud, incluyendo la enfermedad de tuberculosis.

El crimen de Carrión ocurrió el 5 de febrero de 2008 en unos matorrales del camino vecinal que conduce hacia La Luisa, perteneciente al batey Cacata, donde fue encontrada muerta con una roca en el rostro.

El 6 de febrero de 2009, el Tribunal Colegiado de Primera Instancia de La Romana condenó al mercadólogo y productor televisivo a 20 años de cárcel, sentencia que luego fue aumentada a 30 años por la Cámara Penal de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís.

El fallo fue dado por los jueces el 12 de febrero de 2010. El tribunal de segundo grado tomó en cuenta otros agravantes, entre ellos la premeditación y comisión de un acto de barbarie contra Carrión.

Durante todo el proceso, Frank Beras y su abogado trataron de probar al tribunal que la muerte de Janet no se trató de un asesinato premeditado, sino de un hecho fortuito, es decir, que cuando se dirigieron juntos al lugar conocido como Aletón, supuestamente para llegar a una finca de la familia de la occisa, fue una decisión de ambos.

El productor de programas negó haber cometido el crimen, pero luego lo confesó, dado que presentaba rasguños en el pecho y el cuello, además de que una cadena suya fue hallada en el lugar de los hechos.

Contó que cuando iban camino a la propiedad en cuestión, su esposa, Flérida Carrión, con quien procreó una niña, comenzó a agredirlo.

Según sus declaraciones, cada vez que ocurría una agresión de su mujer, él se veía en la obligación de detener el vehículo.

Pero, al llegar a cierto punto del trayecto, se bajó del carro y fuera de este, la esposa se le abalanzó estando él de espalda, por lo que le dio un golpe con uno de los brazos.

Ella cayó «aturdida» y, según ha dicho, el diablo se apoderó de él hasta el punto de buscar una roca de unas 30 libras y dejársela caer en la cabeza.