¿Por qué son tan protectores los cítricos?
Naranjas, mandarinas, limones, limas, pomelos y kumquat son mucho más que unas deliciosas frutas ácidas ricas en vitamina C.
Aunque la vitamina C es el nutriente de estos cítricos que más alabanzas recibe, este tipo de frutas tienen muchos otros nutrientes igual de valiosos y que también son responsables de sus beneficios para la salud.
Nos referimos a su fibra, sus carotenoides y sus flavonoides, que todos los cítricos aportan en mayor o menor medida.
Pero además de mejorar la respuesta del organismo frente a catarros y gripes, esta vitamina tiene otras importantes propiedades:
- Ejerce una potente acción antioxidante que protege frente a los daños causados por los radicales libres.
- Interviene en la síntesis de colágeno, imprescindible para mantener en buen estado el tejido conjunto.
- Mejora la absorción de minerales como el hierro y el zinc.
Hesperidina, rutina y quercetina son algunos de los flavonoides presentes en los cítricos. También conocidos como vitamina P, se hallan en la parte blanca de la piel y presentan innumerables beneficios para la salud:
Favorecen la absorción de la vitamina C.
Fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos, dándoles flexibilidad.
Evitan la oxidación del colesterol, lo cual, junto a lo anterior, ayuda a prevenir los trastornos cardiovasculares.
Estas y otras sustancias antioxidantes, presentes en diferente forma y proporción en cada tipo de cítrico, contribuyen también a prevenir ciertos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas.
Incluir abundantes cítricos en la dieta resulta, pues, muy recomendable por más razones que la de combatir las infecciones en la época invernal.