Cecilia García o la insondable hilaridad del ser

¿Cómo nos damos el lujo de tener una artista tan completa como Cecilia García y no tenerla en escena todo el tiempo?

Cecilia García pertenece a un nivel artístico donde caben muy pocas artistas dominicanas, entre ellas, las extintas Lucy Vicioso y Sonia Silvestre, y las vivas y actuantes Adalgisa Pantaleón y Maridalia Hernández.

De todas ellas, probablemente Cecilia García sea la más completa de las artistas vivas de República Dominicana.

Su gran talento va desde la cantante a la actriz dramática y comediante. Esto con una insondable hilaridad que provoca con recursos como la ironía, que maneja magistral.

Se le ha visto lo mismo en el teatro sea dramático, musical o de humor, en programas de televisión y en el cine.

Sus referencias en el canto van desde la inmensa Elena Burke (que dicho sea de paso, fue mencionada por Gabriel García Márquez en su novela póstuma “En agosto nos vemos”. página 56); y ¿por qué no? Elis Regiina, Ana Belén, (y me ha confesado que la chilena Monna Bell, inolvidable en Un telegrama o La montaña) y sabe Dios quiénes más.

Sucede que el pasado viernes fue muy importante para Cecilia García y para el público que colmó totalmente el Escenario 360, en la plaza Galería 360. Allí, con la presencia en el públicode varias personalidades de la “socialité”, como Frank Ceara, Raeldo López, Yuyú Ramírez, Leonel Lirio, Raquel Vicini, Mario Arturo, el locutor Johnny García, los periodistas Inés Aizpún, Severo Rivera, Zoila Puello, Jorge Ramos, Wanda Sánchez, Cheo Tejada Gómez, Sarah Hernández y Fausto Rosario, el médico Alberto Santana, los hijos de Cecilioa Hatuey y Luis Miguel, Angelita Elmúdesi, entre muchos otros, la aplaudida artista presentó su espectáculo “Vibrante” con dirección artística de su siempre fiel escudero Carlos Espinal, acompañada de una banda dirigida por Gustavo Rodríguez, y con vestuario de Leonel Lirio.

La García ha hecho de Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat, su carta de presentación. Y en Vibrante abrió con el tema, que fue secundado por el bolero filing del inolvidable amigo Vicente Garrido: No me platiques más, que devolvió a la popularidad Luis Miguel producido por Armando Manzanero.

De ahí saltó a otro bolerazo: Inolvidable, del manzanillero Julio Gutiérrez, seguido de Te extraño de Manzanero y Ámame como si fuera nueva, una canción popularizada por la también cubana (como Gutiérrez) Miriam Ramos.

La banda sonó bien, atildada y eficiente. Ovación con Lía, del español José María Cano y Derroche de Manuel Jiménez.

Cecilia derrochó gracia en escena y saludó en el público a la compositora Beatriz Henríquez, e invitó a escena a la excelente vocalista Sabrina Estepan quien le interpretó su tema Fueron tus besos.

La coprotagonista del musical Víctor Victoria (junto a Freddy Beras Goico), regresó al escenario con cambio de vestuario y cantó El día que me quieras de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera. Después, en inglés, interpretó Smile, de Charlie Chaplin.

Fue el pie para la entrada del presidente Luis Abinader, asumido genialmente por el comediante Rafael Bodabilla, quien hizo delirar con sus diferentes personajes, incluidos Danilo Medina y Leonel Fernández, entre otros.

Bobadilla significó una nota no solo refrescante, sino novedosa.

Con la salida de escena del comediante, Cecilia se adentró en el bossa nova con Casa forte, de Sergio Méndez y Alegría para cantar, de Joao Donato.

De regreso a la geografía nacional, se entregó en Sin razón, una canción de Yaqui Núñez y Jorge Taveras y Cuando llueve, de Manuel Troncoso, para rematar con En la Oscuridad, de Rafael Solano.

Frenesí es una canción del compositor chiapaneco Alberto Dominguez Borrás, para interpretarla, Cecilia invitó al cantautor cubano dominicano Carlos Luis, quien hizo una bonita introducción con un solo de guitarra, lo que dio tiempo para otro cambio de vestuario. Luego, con la banda completa, tras despedir al trovador, otro clásico: Como yo te amé, del mexicano Manzanero.

Cecilia es dueña de una voz mezzo que coloca muy bien, sobre todo en las graves y es muy segura en las notas medias. Su interpretación de Cuenta conmigo, del argentino Chico Novarro fue muy aplaudida. Y claro, Como toda mujer, de Alejandro Vezzani, que dedicó Cecilia a su amiga Helen.

El Adiós llegó con el adiós. Y la ovación a una artista cuyo show merece ser visto en ciudades y sitios como Santiago (atención Jochy Sánchez); Cap Cana (en la Marina o en Sport Ilustrated sería genial); en la Marina de Casa de Campo; en Puerto Plata. En fin, es un crimen que otras ciudades no tengan la posibilidad de ver shows como éste, de una de las grandes artistas con que cuenta el país.