Leandro Durán: Forjando horizontes entre tijeras

Este joven, oriundo de Cotuí, construye un futuro próspero y solidario en su comunidad natal a través del corte de pelo

Con 24 años, Leandro Durán es un ejemplo inspirador en Cotuí a través de su negocio, “Joan Lead Barber Shop”, destacándose en un oficio ancestral como es la barbería. Lo que comenzó como aprendizaje a través de tutoriales en YouTube se convirtió en una historia de éxito que trasciende los límites de su localidad.

Desde sus inicios en 2015, Durán ha dejado una huella imborrable en su pueblo. Comenzó ofreciendo recortes gratuitos a amigos y vecinos, ganando la reputación de ser el mejor en diseños de cortes en la zona. Su destreza y habilidad atrajeron clientes no solo de Cotuí, sino también de ciudades vecinas como Santiago, La Vega y Bonao.

El crecimiento de su barbería es sinónimo del esfuerzo y la visión empresarial de Durán. Desde construir un modesto cuartito de madera hasta expandir su negocio con un local más amplio, gracias a un microcrédito, su progreso es innegable. Pero este joven emprendedor no se detiene ahí: diversifica sus ingresos ofreciendo una gama de servicios que van más allá de simples cortes de pelo, incluyendo ventas de productos diversos.

Pero su espíritu trabajador va más allá de las fronteras de su negocio. Su visión de reinvertir y hacer crecer su dinero se materializa en la adquisición de un solar contiguo para abrir un colmado, identificando y respondiendo a las necesidades de la comunidad que lo rodea.

Lo más notable de Leandro es su compromiso social. A pesar de su juventud, demuestra una madurez excepcional al participar activamente en instituciones comunitarias, abogando por necesidades locales como pozos de agua y transporte para estudiantes universitarios.

Su involucramiento en cooperativas y en actividades religiosas muestra su compromiso con el bienestar colectivo.

La Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD) ha sido un pilar en su ascenso empresarial, proporcionándole recursos y el apoyo necesarios a través de créditos y asesoramiento. Esta organización, con más de medio siglo de experiencia, ha desempeñado un papel fundamental en el impulso del desarrollo económico y social en República Dominicana, respaldando a emprendedores como Leandro.
La nominación de Leandro Durán a los premios BCIE es un justo reconocimiento a su dedicación y crecimiento. Su historia personifica la perseverancia, la determinación y el espíritu emprendedor que motiva a aquellos que buscan convertir sus sueños en realidades tangibles.

Ejemplo de que se puede


Leandro Durán representa el sueño de todo emprendedor joven: iniciar desde abajo, con dedicación y visión, para convertirse en un pilar económico y social en su entorno.

Su historia no solo es un testimonio de superación personal, sino también un faro de inspiración para aquellos que aspiran a transformar su realidad a través del esfuerzo y la pasión por lo que hacen.
Su compromiso con la reinversión y el crecimiento sostenible no solo se evidencia en la expansión de su negocio, sino también en su enfoque hacia la responsabilidad social.


Al participar en múltiples iniciativas comunitarias, Leandro demuestra que el éxito empresarial y el compromiso con el bienestar colectivo pueden ir de la mano. La colaboración con entidades como la Fundación Dominicana de Desarrollo no solo le ha brindado recursos financieros, sino también una red de apoyo y orientación fundamental para su crecimiento.


Esta asociación, con décadas de experiencia en el impulso del emprendimiento, reconoce en Leandro a un ejemplo destacado de cómo el apoyo adecuado puede transformar vidas y comunidades.


En un mundo donde la juventud a menudo busca modelos a seguir, Leandro Durán es sin dudas un referente de integridad, determinación y solidaridad. Su historia, llena de logros y metas por alcanzar, no solo merece el reconocimiento de los premios BCIE, sino también la admiración y el apoyo continuo de todos aquellos que creen en el poder del esfuerzo y la perseverancia.


El emprendimiento masculino en América Latina y el Caribe se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo económico y social en la región.


A través de una diversidad de actividades, hombres de distintas edades y contextos socioeconómicos han incursionado en emprendimientos de diversos tipos, desde ventas ambulantes hasta negocios artesanales y cultivos agrícolas.


En República Dominicana y en toda la región, se observa un crecimiento significativo en micro emprendimientos liderados por hombres. Ideas que han sido puestas a caminar. Estos emprendedores inician con recursos limitados, impulsados por la necesidad de generar ingresos y contribuir al sustento familiar.

Desde la venta de helados en funditas en las calurosas calles hasta la confección y comercialización de ropa, la creatividad y el ingenio se combinan para ofrecer productos y servicios a comunidades locales. Es gente que trabaja y evita incurrir en “lo malo”.

Muchos hombres también incursionan en negocios de carpintería, ebanistería y artesanía, destacándose por su habilidad en la creación de muebles y objetos únicos, a menudo utilizando materiales reciclados o locales. Estos emprendedores son una parte vital de la economía local, preservando tradiciones artesanales y generando empleo en sus comunidades.

Además, la agricultura y la venta de productos cultivados son actividades comunes entre el género masculino. Desde pequeñas huertas hasta granjas más amplias, estos hombres se dedican al cultivo de plantas, vegetales o frutas, contribuyendo a la seguridad alimentaria y ofreciendo productos frescos a los mercados locales.

Estos emprendimientos no sólo generan ingresos económicos, sino que promueven la autonomía financiera y la inclusión social. A menudo enfrentan desafíos en acceso a crédito, capacitación y recursos, pero su resiliencia y determinación los impulsan a seguir adelante, marcando una diferencia significativa en sus comunidades y contribuyendo al panorama emprendedor de la región.