“Esta es mi segunda patria, lo digo donde voy”

Presenta 50 años después El hombre de la rata, en la misma Casa de Teatro. Un acontecimiento cultural

Rómulo Rivas está sembrado en la cultura dominicana como en la venezolana. Hace 50 años que estrenó El hombre de la rata en Casa de Teatro.

Rivas, por aquellos años 70, fue el fundador de cuatro grupos teatrales dominicanos: Los Compadres, Teatro Estudiantil, Teatro Perlas Negras, Teatro del Batey y Teatro Gayumba y contribuyó a la creación de grupos teatrales aficionados además de en la capital, en Azua de Compostela, San José de Ocoa, Santiago y otras localidades del país.

Ahora ha regresado a Santo Domingo a reponer la obra con la que se dio a conocer en el país hace 50 años. Será desde hoy martes 5 de septiembre hasta el sábado 9 de septiembre, a las 8:30 pm en Casa de Teatro, dirigido por Danilo Ginebra y producido por Yanela Hernández. Las entradas, a la venta por Tix.do cuestan RD$1,000.

¿Cuántas veces ha venido al país?
Esta es mi vez n que yo vengo, porque además esta es mi segunda amada patria. Lo digo donde quiera que voy. Vine, por cosas de la vida, por 15 días.

¿En el año?
¿1970? (dice dubitativo). Y me quedé enamorado de la ciudad, del país que recorrí rápidamente, y de la gente. Me quedé enamorado. ¡Y me quedé… por 15 años! De hecho, casi todos los padrinos de mi hijo y mi hija son de aquí. Freddy Ginebra y su esposa Mili, el director Danilo Ginebra que fue mi alumno es compadre mío también. Entre mis más grandes recuerdos y de los momentos más importantes de mi vida están relacionados con mis años de estadía en República Dominicana.

¿Qué edad tiene? Su ánimo es juvenil…
Nada más tengo 83 años ahora.

¿De quién es el monólogo El hombre de la rata?
Es de Gilberto Pinto, un gran dramaturgo, actor, hombre del teatro venezolano. Tuve la oportunidad de ser amigo de él. Monté tres o cuatro de sus obras. Tenía una obra muy importante, que tenía 56 personajes. y que nadie se animaba… Se llamaba El Fantasma de Tulemont. ¡Eso fue una locura! Porque toda la gente de teatro decía, “no, eso no se puede montar”. “¿Y pór qué no la montas tú, Rómulo?” Y yo, ¡bueno, ¿cómo voy a hacer? Pero bueno, ¡se hizo!

¿Y cómo es la historia de la puesta de El hombre de la rata?
Sucedió que la primera persona que conzoco cuando vengo es a Freddy Ginebra, a través de un hermano de La Salle. Le habíamos expuesto el proyecto que teníamos. Y me dijo quiero que conozcas a otro loco como ustedes que se llama Freddy Ginebra, me lleva a su casa, conversamos. Freddy me manifiesta que a él le gusta mucho el teatro. Le pregunto ¿por qué no lo estás haciendo? “No, tengo que trabajar en una publicitaria”. ¿Pero por qué no? “Porque aquí no se puede hacer teatro. Es muy complicado, no hay el dinero”, me dice. Le digo te voy a convencer que sí se puede. Y le invito a una obra con la misma ropa que traíamos puesta, y la escenografía era con tubos. Y dice ah así sí se puede hacer. Total, me ayudó muchísimo en aquella época y un día dice “tengo un sueño, ahora yo quiero hacer una casa y convocar a todos los grupos que hacen teatro”. Y le digo que eso es muy complicado. Porque yo sé las inquinas que eso iba a crear y no quería estar en el medio. pero me convence: él tiene una gran capacidad. Pero a los días le dije que no, y me fui a Venezuela.

¿Y entonces?
Regreso acá y lo llamo y me dice, “qué bueno, tienes que montar una obra en 15 días”. Le dije que no era posible porque a quienes tenía eran estudiantes. Pero en la noche me pongo a leer. Y recuerdo que lo último que había leído era El hombre de la rata. Y me digo esto es muy intelectual, y me acuesto a dormir. Y como a las 2:00 de la madrugada me despierto. Y la vuelvo a leer. Y descubro que tenía cosas que no había visto. Porque es un personaje muy interesante. Es un esquizofrénico, pero muy divertido, que se lanza contra todo en el mundo. Además es un personaje intenso, desgarrador, y me gustó. Lo hicimos, lo presentamos y fueron más de 250 presentaciones, por todo el país. Sin apoyo de nadie. ¡El loco Freddy Ginebra y el loco Rómulo Rivas!