El gran negocio de la ‘Locura de Marzo’, la fase final de la NCAA

Un total de 8,4 millones de espectadores de media en el primer día de ‘March Madness’, o locura de marzo, las eliminatorias del baloncesto universitario estadounidense. Se juegan a un partido. Incluso en pabellones NBA. La reventa de la Final a Cuatro alcanza los 8.000 dólares. Casi 20 entrenadores colegiales superan los 3,5 millones de dólares de media que ganan los de la NBA.

Una buena manera de medir la atención que despierta es a través de los famosos ‘brackets’, una simulación que cada aficionado hace sobre cómo cree que se desarrollará el torneo hasta el campeón, pasando por las distintas rondas del ‘Sweet Sixteen’, ‘Elite Eight’ y la ‘Final Four’.

La NCAA calcula que cada marzo se rellenan entre setenta y cien millones de brackets.

ASISTENCIAS RÉCORDS Y AUDIENCIAS MILLONARIAS

El seguimiento del torneo en televisión es muy alto, reuniendo a seguidores habituales del basket universitario con curiosos que quieren seguir cómo evoluciona su bracket. El jueves 16 de marzo, primer día del torneo, los canales de Turner promediaron 8,4 millones de espectadores, un 2% más que la última temporada, convirtiéndose en el mejor ‘Opening Day’ de los últimos ocho años.

Esto se relaciona al ‘boom’ del inicio, pero también a que actualmente hay muchas más personas trabajando desde casa que tienen ‘más libertad’ para ver los partidos.

Las universidades mueven sus aficionados en masa, cuentan sus desplazamientos por miles, y la NCAA pone como sedes pabellones inmensos que generalmente se llenan. Para las primeras rondas, hasta ocho sedes acogieron los partidos, y entre los escenarios estaban el Ball Arena de los Nuggets en Denver, el Amway Center de los Magic en Orlando o el Golden1 Center de los Kings en Sacramento.

Incluso el cuadro femenino, que tiene menor seguimiento, registró este año, según ESPN, una audiencia media de 257.000 espectadores en los encuentros de la primera ronda. Dos de ellos, emitidos en televisión nacional a través de la ABC promediaron 600.000 televidentes.

En cuanto a la asistencia, han batido, por segunda temporada consecutiva, el récord de público en las gradas de los diferentes pabellones con 231.677 espectadores.

UN NEGOCIO REDONDO PARA LAS SEDES Y LA TELEVISIÓN

Las catorce sedes que acogen el torneo durante la segunda quincena de marzo pasan a un primer plano en presencia televisiva, y se calcula que entre desplazamientos de aficionados y medios de comunicación, venta de entradas, alojamientos y otros gastos, en estas semanas se mueve un negocio de billones de dólares.

La sede más pequeña de la primera ronda fue Albany, en el estado de Nueva York, y ha experimentado un impacto de 3,5 millones de dólares. Las cifras se disparan si tenemos en cuenta la ciudad de Houston, que acogerá la Final Four una vez más y que en la edición de 2016 alcanzó unos beneficios de 250 millones.

La venta de entradas no se resiente pese a los elevados precios, que se venden por bloques de dos en dos días de competición. Así, haber asistido a la primera ronda supone un gasto de entre 150 y 500 dólares.

La cifra se eleva a medida que avanzan las fases, asistir al Sweet Sixteen y al Elite Eight tiene un promedio de 450 dólares. Cuando hablamos de la Final Four el rango de precio alcanza límites más inaccesibles, llegando a pedirse en 

reventa por encima de 8.000 dólares.

Los medios de comunicación también quieren su parte del pastel. CBS y Turner firmaron un acuerdo en 2010 con la NCAA para ofrecer los partidos por televisión: 14 temporadas a cambio de 10,8 billones de dólares.

Un acuerdo que fue ampliado por ocho años más, hasta 2032, y que sumó 8,8 billones extra a las arcas del ente del deporte universitario.

De la mano llegan los patrocinadores, existiendo tres principales como Capital One, Coca-Cola y AT&T. Sólo éste último invirtió 66,1 millones en la edición de 2022.