Dallas apabulla a Clippers con primera mitad para la historia
EEUU.- El que hubiese pedido pizza a domicilio para acompañar este partido y se entretuviera cortando los triángulos o pagándole al repartidor, y sintonizase el League Pass diez minutos tarde… ya se habría perdido la mitad de todo lo que había por ver.
Al menos en cuanto a emoción se refiere.
Al principio solo parecía un arranque fulgurante combinado con unos Clippers empanados y por despertar.
Dos minutos después la horquilla en el luminoso era de 20 puntos… de 30 puntos… de 40 puntos… al descanso los Dallas Mavericks habían batido un récord increíble.
La mayor diferencia en el marcador tras los dos primeros cuartos desde que existe el reloj de posesión: 50 puntos (77-27). Al final el partido terminó 124-73.
Los Mavs, uno de los candidatos a los puestos altos del Oeste, venían de un inicio nefasto de regular season con dos derrotas consecutivas, y tocaba ahuyentar los primeros rumores de mini-crisis nada menos que ante los Clippers.
Estos, por su parte, recibían invictos a los tejanos en el Staples, pero con la sensible baja de Kawhi Leonard (lesionado en el Christmas Day tras recibir un golpe fortuito de Serge Ibaka) y la de Marcus Morris, pero ni siquiera la ausencia de su mejor hombre atisba a justificar el bochorno visto hoy en el parquet.
Los Mavs circularon con criterio la pelota, defendieron bien y atacaron mejor… pero eso no ampara el desastre visto hoy en un equipo que, se supone, aspira al campeonato.
Dallas: un engranaje
Luka Doncic, a pesar de fallar sus cinco intentos de triple, jugó como un MVP (un reconocimiento al que, sin lesiones, debe aspirar esta temporada), anotando, dirigiendo, contemporizando y manejando el cuerpo en sus templadas penetraciones como todo un veterano (24 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias).
Los demás, siempre secundarios, siempre prestos en su rol, aprovechaban las ventajas y ejecutaban a la perfección.Josh Richardson (21 puntos) no ha necesitado ni dos semanas de adaptación y ya es uno más a las órdenes de Rick Carlisle.
Justo él era quien se enfrentaba al micro a pie de pista tras la victoria, y respondía “lo fácil que había sido asimilar el estilo de juego de los Mavs por lo ordenado del mismo”, y que además toda la plantilla había salido hoy con especiales ganas para estrenar el casillero de las victorias y tras un entrenamiento específico orientado a ello justo la noche anterior, diseñado para pulir los detalles que les habían hecho perder los dos primeros.