Cómo es la revolucionaria cirugía robótica bariátrica

Cuando los avances de la tecnología se ponen al servicio de la salud y de mejorar la calidad de vida de las personas merecen ser reconocidos.

Es el caso de lo que sucedió esta semana por primera vez en el Sanatorio Finochietto de la Ciudad de Buenos Aires, donde una mujer de 45 años con obesidad grado 2 asociada a otras complicaciones en su salud fue sometida a una cirugía bariátrica robótica guiada por fluorescencia.

La intervención se trata no sólo de un hito médico por lo sofisticado del procedimiento sino que marca un antes y un después en el abordaje de esta patología, que afecta cada vez a más personas en el mundo.

Y si bien la introducción de robots en entornos humanos a menudo genera el temor de que la inteligencia y la destreza del hombre sean suplantadas, la cirugía robótica no fue concebida en el ámbito médico con el propósito de reemplazar al cirujano, sino más bien para proporcionarle una herramienta quirúrgica y una técnica que le permitan realizar procedimientos mínimamente invasivos y altamente precisos.

¿En qué consiste la cirugía robótica bariátrica guiada por fluorescencia?

“La cirugía robótica bariátrica es una técnica mínimamente invasiva, que utiliza el sistema robótico Da Vinci Xi, para realizar procedimientos de reducción de peso”, comenzó a explicar a Infobae la médica cirujana bariátrica y metabólica y directora médica del Centro Médico Paleari (CMP), Julieta Paleari (MN 117251), quien estuvo a cargo de la cirugía en colaboración con el jefe de Cirugía Bariátrica y Metabólica de la Universidad de San Diego, California, doctor Santiago Horgan.

En el marco de este hecho inédito en la medicina local, que sólo tenía como antecedente una intervención similar realizada en el Hospital Médico Policial Churruca Visca, que no había usado la técnica de fluorescencia, la experta destacó que “este sistema permite a los cirujanos operar con una precisión milimétrica a través de pequeñas incisiones, reduciendo significativamente el trauma quirúrgico”.

El robot es controlado por el cirujano desde una consola, lo que proporciona al especialista una visión tridimensional y amplificada del área operada.

“La cirugía guiada por fluorescencia es una técnica que permite visualizar mejor los tejidos a tratar, dandole mayor precisión al cirujano”, amplió la experta.

Consultada acerca de qué personas son elegibles para este tipo de intervenciones, Paleari señaló que “este tipo de cirugía está indicada para personas con obesidad que no han logrado resultados satisfactorios con métodos no quirúrgicos, como dietas, ejercicios y medicamentos aprobados por la ANMAT”. “Los candidatos típicos son aquellos con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 35 asociado a comorbilidades como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, apnea del sueño, enfermedad coronaria, patología neurovascular, etc. o un IMC igual o mayor a 40″, precisó.

En el caso de la intervención realizada en el Sanatorio Finochietto, se trata de una paciente de 45 años con obesidad de grado 2 asociada a hipertensión arterial e hipercolesterolemia.

“La mujer sufría sobrepeso desde sus ocho años y había realizado múltiples tratamientos para el descenso de peso, e incluso ejercicio físico, sin éxito y llegó a la consulta con muchas limitaciones de los movimientos y dolores articulares, todo lo que luego de evaluar su historial médico nos llevó a decidir que la cirugía era a mejor herramienta para el descenso de peso”, detalló la cirujana acerca de las variables que llevaron a elegir este tipo de abordaje para esta persona.

Diferencias entre cirugía robótica versus laparoscópica tradicional

Como suele decirse en medicina, la elección de un tipo de tratamiento por sobre otro debe hacerse sobre la base de que los beneficios para el paciente serán mayores que los riesgos.

En este caso, según Paleari, “las ventajas de la cirugía robótica sobre la laparoscópica son numerosas”. Y entre ellas enumeró:

  • Precisión y control. La tecnología robótica permite movimientos más finos y precisos que la mano humana, reduciendo el riesgo de errores. Esta utiliza tecnología que potencia la habilidad del cirujano durante las cirugía ofreciendo ventajas técnicas a través de una visión tridimensional, eliminando el temblor esencial y aportando una mayor precisión quirúrgica.
  • Recuperación más rápida. El control de movimientos de los brazos del robot durante la cirugía minimiza el trauma de la pared abdominal llevando a una recuperación más rápida de la función intestinal, una disminución del dolor postoperatorio, permitiendo un alta precoz.
  • Menor riesgo de complicaciones. La precisión del robot reduce el riesgo de infecciones, pérdida de sangre, reducción de lesión de nervios, minimizando las complicaciones. “La cirugía guiada por fluorescencia permite darle un nivel más de seguridad a esta tecnología visualizando las estructuras invisibles para el ojo humano como así también evaluar la vitalidad del estómago remanente”, resaltó la experta.
  • Menor tasa de conversión. En comparación con la cirugía laparoscópica, la cirugía robótica, tiene menos posibilidades de transformarse en una cirugía abierta y tiene una curva de aprendizaje más corta.

Puntualmente sobre los tiempos de recuperación y post operatorios, amplió: “Comparada con la cirugía bariátrica laparoscópica, la recuperación de la cirugía robótica suele ser más rápida debido a la mayor precisión y menor trauma de los tejidos. Si bien el tiempo de estadía en los sanatorios son similares, la cirugía bariátrica robótica se asocia con menor dolor postoperatorio, reduciendo la necesidad de analgésicos y contribuyendo a una mejor calidad de vida durante el periodo de recuperación”.

“Podemos decir que en lo que respecta a la seguridad del paciente, postoperatorio y tiempos de recuperación, la cirugía robótica es superior a la laparoscópica”, aseguró Paleari.

Cómo es la preparación del paciente previo a la cirugía

Consultada al respecto, Paleari señaló que “la preparación para una cirugía bariátrica robótica es similar a la de otros procedimientos bariátricos”. En ese sentido, contó cuáles son los pasos que incluye:

  • Evaluación médica integral. Un análisis detallado del historial médico y la realización de estudios preoperatorios.
  • Asesoramiento nutricional. Educación sobre los cambios dietéticos necesarios antes y después de la cirugía.
  • Evaluación psicológica. Para ayudar a las personas a mejorar su conducta alimentaria. La canalización del estrés mediante una mala alimentación es muy frecuente. Se le debe otorgar a los pacientes herramientas para generar un cambio de estilo de vida.
  • Programas de ejercicios. Iniciar una rutina de ejercicios para mejorar la condición física general antes de la intervención priorizando aeróbico, a los 20 días de la intervención priorizando el tonismo muscular, siempre acompañado por un deportotólogo, especialista en cardiometabolismo. Se recomienda la actividad física progresiva y personalizada para cada persona.

Sobre la mujer intervenida por primera vez con esta tecnología en el sanatorio porteño, la experta compartió que “ingresó hace tres meses al programa con un equipo multidisciplinario desde el punto de vista nutricional, clínico y psicológico y luego de realizarle todos los estudios preoperatorios, que incluyeron laboratorio completo, ecografía abdominal, electrocardiograma, ecocardiograma, doppler, riesgo cardiológico, placa de tórax, endoscopia digestiva alta, se decidió realizar una manga gástrica dentro de todas las alternativas de cirugía para descenso de peso”.

Y fue la paciente, quien conociendo las dos alternativas -cirugía robótica y laparoscópica- optó que se le hiciera su cirugía por un abordaje robótico.

Además, la cirujana explicó que “más allá de los estudios, se instruyó a la nutricionista del equipo sobre el porcentaje de peso que la paciente tenía que perder previo a la cirugía, para que la intervención sea segura y evitar las posibles complicaciones de este tipo de cirugía que están descritas, que son los sangrados postoperatorios y la fístulas”.

Así es que, en primera instancia, la nutricionista le dio una dieta sólida acorde lo que ella se alimenta “priorizando siempre las proteínas” y dos semanas antes de su cirugía pasó a una dieta líquida “con el objetivo de lograr una reabsorción de la grasa intraabdominal para poder dar puntos firmes al final de la cirugía, entre otros beneficios”, según explicó la experta.

Tras aclarar que “el éxito de una cirugía bariátrica empieza fuera del quirófano” y que este tipo de intervenciones “no son mágicas”, Paleari remarcó que “el correcto manejo del paciente incluye un seguimiento de por vida.

Y concluyó: “Esta innovadora intervención fue posible gracias al apoyo de las empresas Bioanalítica, distribuidora del Robot Da Vinci Xi y Tecnoimagen, proveedora de las suturas Panther para dicho procedimiento”.