“La muerte de un hijo es uno de los eventos más traumáticos”

La muerte de un miembro de la familia puede provocar un impacto significativo en el sistema familiar

La muerte de un hijo es uno de los eventos más devastadores y traumáticos que puede experimentar una persona y es un duelo que más tiempo dura hasta que se pueda aprender a vivir con ese dolor, así definió el proceso la psicóloga de Centro Vida y Familia, Rosa Hernández.

“La forma de vivirlo va a depender de cada persona y circunstancia de la pérdida, no obstante, independientemente, si ha sido por una enfermedad larga o corta, de forma súbita o natural, es un proceso que requiere de tiempo para adaptarse a esa realidad”, destacó.

¿Es posible superar la muerte de un hijo?
Es un duelo complicado y difícil de superar, debido a que el dolor nunca se va, solo se vuelve menos intenso. Es complejo entender de una manera lógica por qué ya no está, pues lo natural es que los padres por la edad se mueran antes que los hijos. Es ver derrumbarse los sueños e ilusiones del ser querido a un vacío que nunca se podrá llenar con nada.

¿Cómo los padres pueden volver a encontrarle sentido a la vida después de una pérdida?
Lo primero es vivir su proceso de duelo, a su tiempo y ritmo, atravesar por las emociones intensas, pensamientos, y vivir un día a la vez. Entender y aprender a aceptar que no es un camino lineal, sino más bien una montaña rusa, en la que hay días buenos y otros no tan agradables. Cuidarse físicamente y no tener miedo a buscar ayuda profesional.

Si hay hermanos, ¿cómo les puede afectar?
Frente a la pérdida de un hijo, el sistema familiar se afecta completo y por tanto, cuando hay otros hijos, ellos también necesitan tiempo para recuperarse y contención de los padres para poder adaptarse a una nueva vida sin ese hermano. Según la edad el proceso de duelo será diferente. A menor edad el concepto de la muerte no se entiende como algo irreversible, que ya esa persona no volverá y las manifestaciones de su dolor son diferentes, con fuertes emociones y cambios conductuales en su rutina. Conforme van creciendo, pues podrían sentir culpabilidad por no haber muerto en lugar de su hermano o comienzan a preocuparse en exceso porque otro miembro de la familia puede morir, incluso ellos mismos. ¿Cómo se puede ayudar? Esté disponible para escucharlo, comprenda sus altos y bajos, mantenga la rutina diaria, esté pendiente de los cambios conductuales y emocionales que pueda tener para guiarlo y orientarlo, no invalide lo que siente.

5. ¿Se puede desintegrar la familia?; ¿qué factores llevan a ello?
La muerte de un miembro de la familia tan importante puede provocar un impacto significativo en el sistema familiar, y generar una crisis que podría durar meses hasta la posible desintegración del núcleo. Poder evaluar e intervenir cómo la familia está funcionando tras esta pérdida, es crucial para evitar que el equilibrio tenga cambios definitivos. Existen muchos factores a considerar que podrían provocar la desintegración de una familia, tales como:

  1. Nivel de cohesión de los integrantes de la familia.
  2. Función que ese hijo tenía dentro en la dinámica del sistema.
  3. La etapa del ciclo vital en la que se encuentra la familia y la pareja.
  4. Nivel de culpabilidad y de las emociones que se manejan luego del evento.
  5. Los patrones de poder, comunicación y de relación de los miembros.
  6. Capacidad para expresar las emociones de manera individual y la contención que se proveen en cada uno.
  7. El nivel de estrés, los factores socioculturales, entre otros.

6. ¿Hay quienes pueden sentir culpa por la muerte de un hijo?
La culpa es una de las emociones que se presenta frente a un duelo, detectarla y trabajarla a tiempo es vital y saludable. Esta se genera porque la persona puede sentir que si hubiese hecho algo diferente, ese lamentable evento se hubiese evitado. Con la culpa se instauran angustia, ansiedad, desesperación, y una crisis generalizada en la persona que provoca un intenso malestar porque se siente responsable de lo ocurrido.

¿Qué cosas se deben evitar para poder salir de ese dolor tan profundo?
Debemos de evitar reprimir lo que sentimos, querer atravesar este proceso de forma rápida, no se compare con otras personas de la familia que están viviendo el duelo de manera diferente a la suya, desconectarse de su red de apoyo, no volver a la rutina diaria, tener hábitos no saludables, refugiarse en el alcohol u otras sustancias y asumir conductas de riesgo para aliviar el dolor, no descansar, guardarse el dolor, no pedir ayuda. Recuerde que ésta pérdida no tiene nombre, como es quedarse viudo cuando muere el compañero de vida, o cuando un hijo pierde a uno de sus padres, que se queda huérfano.

¿En qué momento debo ir a terapia?
No existe un tiempo exacto ni específico para ir a terapia, sin embargo, hay algunas señales que alertan, por ejemplo, cuando la persona siente que su sufrimiento es insoportable, que no puede retomar las actividades cotidianas, cuando hay pensamientos de muerte o conductas suicidas, existe un elevado estado de dejadez y pasividad, arraigado sentimiento de culpa porque no pueden o no saben cómo continuar con su vida, alta irritabilidad, resistencia a aceptar la pérdida, presencia de sentimientos confusos y ambivalentes. El bajo funcionamiento y la presencia de conductas desadaptativas son las alertas claves para reconocer que es el momento de buscar ayuda profesional.

¿Qué técnicas o tratamiento se utilizan para ayudar a una persona en este proceso?
El tratamiento en un proceso de duelo puede ser psicoterapia y dependerá del estado mental de la persona, podría necesitar tratamiento psiquiátrico. Cada caso es individual, por eso es importante ir a donde un especialista con formación en duelo y buscar orientación.