El ejercicio físico puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata, según estudio

Infobae.- En los últimos años, una de las cuestiones más provocadoras en la investigación sobre el cáncer ha sido si tener un hábito de ejercicio regular puede prevenir el arraigo de ciertos tipos de cáncer. La respuesta, como ocurre con cualquier pregunta relacionada con el cáncer, es complicada.

Sin embargo, un estudio reciente publicado en The British Journal of Sports Medicine ofrece una idea de cómo afecta la actividad física regular al riesgo de cáncer de próstata, el segundo cáncer más frecuente y el segundo más mortal entre los hombres en Estados Unidos.

En uno de los mayores esfuerzos de este tipo realizados hasta la fecha, los investigadores recopilaron datos entre 1982 y 2019 de 57.652 hombres suecos que habían participado en al menos dos pruebas de aptitud física para ver si los que eran más activos tenían menos probabilidades de desarrollar cáncer. Alrededor del uno por ciento fueron diagnosticados posteriormente con cáncer de próstata.

El equipo descubrió que aquellos que habían mejorado su forma física a lo largo de los años tenían un 35 por ciento menos de probabilidades de haber sido diagnosticados con la enfermedad. El hallazgo coincide con gran parte de las últimas investigaciones sobre la relación entre la forma física y el diagnóstico de cáncer.

Según un estudio de 2021, por ejemplo, si todos los adultos de Estados Unidos cumplieran las pautas de actividad física, los diagnósticos de cáncer podrían disminuir un tres por ciento, o 46.000 casos, cada año.

No obstante, aunque se ha investigado ampliamente la relación entre el ejercicio y afecciones como el cáncer de mama, se ha investigado menos específicamente el cáncer de próstata. La probabilidad de padecer cáncer de próstata aumenta en todos los hombres a partir de los 50 años; el riesgo parece ser hereditario.

según la sociedad del cáncer

Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, a uno de cada ocho hombres se le diagnosticará cáncer de próstata a lo largo de su vida. Algunos estudios anteriores sobre la relación entre la actividad física y el cáncer de próstata han sido contradictorios, según Kate Bolam, coautora del estudio. Mientras que algunos mostraban un aumento del riesgo de cáncer de próstata en las personas físicamente activas, otros observaban una disminución del riesgo.

Pero muchos de esos estudios tenían muestras de pequeño tamaño o estaban sesgados hacia las personas más sanas, señaló Bolam, investigadora de la Escuela Sueca de Ciencias del Deporte y la Salud. “Los hombres que en general son más conscientes de su salud también son buenos acudiendo al médico cuando se les cita para las pruebas de detección del cáncer de próstata”, aseguró.

Más pruebas significan más diagnósticos, incluso en hombres cuyos cánceres nunca progresarán. A veces las células cancerosas pueden existir en la próstata durante toda la vida y no ser peligrosas, por lo que muchos hombres que no se someten a las pruebas y no experimentan síntomas podrían no saber nunca que tienen cáncer de próstata.

El equipo sueco creó una imagen más matizada utilizando una base de datos nacional con cientos de miles de resultados en laboratorio, incluidas pruebas de aptitud física que miden lo bien que el corazón y los pulmones suministran oxígeno a los músculos. A diferencia de los estudios que se basan en los informes de los pacientes sobre sus hábitos de ejercicio, esto proporcionó a los expertos mediciones objetivas.

Resultados obtenidos por los expertos

Los resultados mostraron claramente una relación entre la actividad física y la reducción del riesgo de cáncer de próstata. También demostraron que una mayor mejora de la forma física se asociaba a una mayor reducción del riesgo. Esto se suma a una comprensión cada vez mayor de lo importante que es el ejercicio para la prevención del cáncer en general.

En 2019, una revisión del Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva descubrió que la actividad física regular reducía de manera significativa el riesgo de cáncer de vejiga, mama, colon, endometrio, adenocarcinoma esofágico, riñón y estómago.

El mismo análisis también descubrió que tener un hábito de ejercicio regular estaba vinculado a mejores resultados de tratamiento y extendía las expectativas de vida de aquellos que ya vivían con cáncer.