La Defensoría del Pueblo cita a la Directora de Hospital Juan Bosch

El Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, citó a la doctora Marilelda Reyes, directora del Hospital de la ciudad Juan Bosch, como parte de las investigaciones sobre el hallazgo de los cadáveres de 6 neonatos en el cementerio Cristo Salvador, del municipio de Santo Domingo Este.

En documento de prensa, Ulloa  dijo que las indagaciones buscan determinar si existen violaciones a los protocolos de manejo de cadáveres de parte de las autoridades de dicho hospital.

«En virtud de las atribuciones conferidas por el artículo 3 de la Ley que crea el Defensor del Pueblo, se llevó a cabo una inspección para identificar las circunstancias en las que aconteció este penoso suceso y recomendar acciones preventivas a la administración pública», indicó.

EL PROPOSITO

La finalidad de la cita, dijo, es escuchar a la referida servidora pública con respecto a lo acontecido y que entregue la información vinculada con el convenio por pagos de servicios que supuestamente posee el Hospital Ciudad Juan Bosch con la denominada Funeraria Popular.

«La cita ha sido motivada por indicios de falta de colaboración de parte de la doctora Marilelda Reyes y por el riesgo de que la misma obstaculice la investigación del caso núm. OF-00180-2023. La misma se emite en cumplimiento de la legislación que faculta al Defensor del Pueblo para citar a una persona o funcionario a responder inmediatamente en el marco de una investigación por la violación a los derechos fundamentales», señaló.

Dijo que para la institución, como garante de los derechos y de la buena administración, es imprescindible determinar las condiciones en que se manejan esos casos, en virtud de lo dispuesto en el artículo 138 de la Constitución.

EL HALLAZGO

Los cadáveres de los seis recién nacidos fueron encontrados tirados frente al citado cementerio. Durante investigaciones se determinó que fueron lanzados allí por el sepulturero de este recinto, Hilario Pascual (el Grillo), quien está detenido.  Este último dijo que  cuando un chofer de una funeraria le entregó los cuerpos, sin documentación,  ya el camposanto estaba cerrado y él estaba «metido en tragos» por lo que momentáneamente se olvidó del asunto hasta el día siguiente..