El déficit comercial con EE.UU. es una “moda” fija luego del DR-Cafta

Fue de US$41,619 millones en 14 años; el “dolor de cabeza” se agravaría cuando el arroz esté libre de aranceles

El déficit del comercio de bienes de la economía dominicana con la norteamericana fue de US$41,619 millones, desde la puesta en marcha del DR-Cafta, en marzo de 2007, hasta junio del año 2021.

Ese saldo en rojo fue el resultado de la diferencia entre importaciones por US$106,482 millones y exportaciones del lado dominicano por US$64,863 millones. En el período, la porción relativa del déficit domínico-estadounidense representó 79.13 % del saldo deficitario total en bienes de Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos (US52,599 millones), debido a importaciones (US$408,525 millones) mayores que exportaciones (US$355,926 millones).

El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta) ha sido estudiado desde ángulos distintos. Y prácticamente por unanimidad la conclusión es que este país ha quedado “abajo” en ese acuerdo, especialmente cuando se le mide con EE.UU.

Ha sido así, específicamente porque este país se embarcó en ese proyecto sin haber realizado estudios a fondo, con mirada a futuro, y cedió espacios que otros países no cedieron.

“Todo parece indicar que República Dominicana no se preparó para el artículo 3.3 del DR-Cafta, que contempla un calendario de desgravación arancelaria para diversos grupos de productos, separados por canastas o plazos de desgravación, según su clasificación arancelaria. Aquí se especifica el período de liberación para que todos los productos lleguen a su libre comercio entre los países del acuerdo para 2025”, dijo una investigación realizada por el Centro de Estudios Económicos y Sociales P. José Luis Alemán, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm), dado a conocer en 2018.

Esa investigación, financiada por la Cámara Americana de Comercio (Amcham-DR), puso en perspectiva la cuestión del acuerdo y desnudó los graves errores en que incurrieron los negociadores dominicanos, incluido el no haber protegido o dejado el arroz fuera de ese convenio. Otras naciones protegieron productos esenciales para sus poblaciones y no los comprometieron.

El calendario de desgravación o de eliminación de pagos de aranceles, tiene un período establecido de 20 años, el 2005 fue categorizado como el “Año 1” del acuerdo, hasta llegar al año 20, que vendría a ser el “2025” como la frontera del libre comercio de todos los productos negociados. Ahí estará el arroz.

Con respecto a los rubros, al momento de firmar el acuerdo, cada país presentó su lista de productos con sus respectivos plazos de desgravación, por lo cual la composición de los productos es diferenciada de un país a otro. En el caso dominicano, el arroz, el producto que en estos días tiene encendidas las alarmas, entra en desgravación total en 2025.

Un poco de historia

El DR-Cafta entró en vigencia para República Dominicana el primero de marzo de 2007. Según datos de la Dirección General de Política y Legislación Tributaria, del Ministerio de Hacienda (de fecha octubre 2007), el acuerdo implicó en lo inmediato la desgravación del 80 % del volumen de comercio, que era para ese momento el 77 % de las líneas arancelarias a ocho dígitos, de un universo de 6,831 subpartidas del Sistema Armonizado (SA), respecto a las importaciones originarias de los Estados Unidos.

Hace seis años, exactamente en 2016, se presentó el estudio “Evaluación del Desempeño Comercial y Retos Futuros en el DR-Cafta a los 10 años de su Firma”, realizado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, comentado en la sede de la Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD).

Esa investigación indicó que en los primeros diez años del DR-Cafta las exportaciones dominicanas al mercado estadounidense se diversificaron, pero en términos agregados no crecieron. Se apreció un dinamismo exportador en sectores y productos específicos, tanto agrícolas como industriales.

Sin embargo, en términos agregados las importaciones crecieron en esos 10 años a un nivel mayor, lo que contribuyó a un deterioro de la balanza comercial.

Hay que apuntar que no todo lo surgido de las investigaciones en todo este tiempo sobre el DR-Cafta ha sido negativo. En algunos de ellos se ha explicado que el acuerdo ha ejercido influencia positiva en la mejora del ambiente de negocios del país.

Eso, a través de reformas y cambios estructurales, mejorando los elementos de facilitación de comercio y ha servido para la atracción de inversiones. “Pero eso no quiere decir que hayan mejorado de forma importante los niveles de competitividad relativa del país”, aclaró el estudio del Ministerio de Economía del año 2016.

Para entonces, los países centroamericanos reflejaban un desempeño más dinámico en términos de sus exportaciones, aunque mantenían un mayor nivel de concentración sectorial, lo cual les creó mayores vulnerabilidades.

La República Dominicana es el país más diversificado en términos de sus exportaciones a los Estados Unidos, indicó la citada investigación del Ministerio de Economía.

Fue en 2003 cuando la República Dominicana se adhirió al proceso de negociación para el establecimiento del tratado de libre comercio entre los cinco países de Centroamérica y los Estados Unidos de América. Ese proceso culminó el 5 de agosto del 2004, con la suscripción del DR-Cafta y fue puesto en vigencia el 1 de marzo del 2006 para varios países de la región y un año más tarde para República Dominicana.

Fases de negociación: las denominadas canastas

Las negociaciones para el DR-Cafta se realizaron en diferentes fases, las cuales se clasificaron con letras, que se conocen como canastas, y cada una de ellas representa un tiempo determinado o modalidad de liberación de pago de impuestos. Por ejemplo, las categorías D y O, que comprenden aproximadamente 140 líneas arancelarias, las cuales están compuestas por productos como cebolla, ajo, maíz, embutidos, carne y guarnición de res, cortes de cerdo, yuca, batata, bananos, habichuelas y harina de trigo, estaban sujetas a alcanzar el libre comercio en 2020.

Cuando eso ocurre significa que de las naciones miembros del DR-Cafta esos bienes alimenticios puedan entrar sin pagar por los puertos (el último arancel que pagó el rubro frijoles, por ejemplo, fue en 2019, de 5.93 %) y puedan incluso, comercializarse más baratos que los cosechados localmente.

No sería extraño que eso ocurra, por lo menos por algún tiempo, tomando en cuenta que hay naciones con costos de producción más bajos que en la República Dominicana.