Congreso ciudadano en Francia a favor de autorizar la eutanasia

Los cerca de 200 participantes de una «convención ciudadana» que discuten sobre la autorización de la eutanasia en Francia votaron el domingo a favor de una modificación de la ley para legalizar una «asistencia activa a morir».

Al término de casi tres meses de debate, el 84% de los participantes escogidos por sorteo consideró que el «marco (actual) de acompañamiento al final de la vida» no respondía «a las diferentes situaciones encontradas».

A la pregunta: «¿Hay que abrir el acceso a la ayuda activa a la muerte?», el 75% votó «sí», el 19% votó «no», según los resultados del escrutinio.

El proceso es de carácter consultivo y el gobierno no tiene ninguna obligación de adoptar sus conclusiones.

Las intenciones del presidente centrista, Emmanuel Macron, de 44 años, se desconocen por el momento. 

Aunque en un primer momento parecía favorable a cambiar las reglas sobre el final de la vida, se mostró recientemente más reticente.

«Se ha alcanzado un punto de inflexión que marca el final de la fase de deliberación. Aún quedan debates pendientes», declaró Claire Thoury, responsable de la organización de la convención, que entregará sus trabajos detallados el 19 de marzo. 

En Francia, la eutanasia es un asunto delicado, sobre todo desde el caso de Vincent Humbert quien, tetrapléjico, mudo y casi ciego por un accidente de tráfico, pidió en 2003 en vano al entonces presidente conservador Jacques Chirac «el derecho a morir».

Los cambios en las leyes sobre cuidados paliativos se han ido sucediendo desde entonces. La última, la ley Claeys-Leonetti, instauró en 2016 una «profunda y continua sedación» hasta la muerte para pacientes con una «enfermedad grave e incurable».

Pero esto no cubre todos los casos. El mítico cineasta franco-suizo Jean-Luc Godard decidió así poner fin a sus días en septiembre a los 91 años de edad en Suiza, donde tenía su residencia, mediante suicidio asistido.

La eutanasia es legal actualmente en un puñado de países en el mundo, entre ellos Colombia, España, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Los diputados uruguayos aprobaron legalizarla en octubre, un proyecto a expensas de la decisión del Senado.