Tsitsipas avanza a octavos sin perder un set en Australia, mientras Iga gana, pero Medvedev cae

Greece's Stefanos Tsitsipas celebrates after victory against Netherlands' Tallon Griekspoor during their men's singles match on day five of the Australian Open tennis tournament in Melbourne on January 20, 2023. (Photo by WILLIAM WEST / AFP) / -- IMAGE RESTRICTED TO EDITORIAL USE - STRICTLY NO COMMERCIAL USE --

Melbourne, Australia | AFP | El griego Stefanos Tsitsipas presentó credenciales al título tras pasar nuevamente sin ceder un set a octavos del Abierto de Australia, donde la número uno del mundo Iga Swiatek pasó por encima de la española Cristina Bucsa y el ruso Daniil Medvedev, finalista de las últimas dos ediciones, resultó eliminado.

Tres veces semifinalista en Melbourne, Tsitsipas se quedó como el jugador mejor clasificado en la ATP ante la ausencia del número uno español Carlos Alcaraz y las tempranas eliminaciones del campeón vigente Rafael Nadal y el noruego Casper Ruud.

Y el robusto tenista de 24 años hizo gala de esta condición ante el neerlandés Tallon Griekspoor (N. 63 del ranking), al que derrotó por 6-2, 7-6 (7/5), 6-3 en poco más de dos horas.

Imbatido este año y sin ningún set encajado en Melbourne, Tsitsipas se cruzará en octavos con el joven y peligroso italiano Jannik Sinner (N. 16), que sufrió para remontar dos sets al húngaro Marton Fucsovics (4-6, 4-6, 6-1, 6-2, 6-0).

Aunque él y el ruso Daniil Medvedev, con quien podría cruzarse en semifinales, parecen los dos principales rivales del serbio Novak Djokovic, nueve veces campeón en Australia, el jugador heleno no quiere dejarse llevar.

«Nunca he hecho predicciones porque el deporte que he elegido jugar es impredecible», dijo. «Claro que hay favoritos. Todo el mundo lo sabe. Pero mi cabeza no está ahí», aseguró.

Medvedev cae ante Korda

El tenista ruso Daniil Medvedev, finalista de las últimas dos ediciones del Abierto de Australia, resultó el viernes eliminado en tercera ronda del Grand Slam ante el estadounidense Sebastian Korda por 7-6 (9/7), 6-3, 7-6 (7/4).

En la pista donde su padre, el checo Petr Korda, ganó en 1998 este Grand Slam ante el chileno Marcelo Ríos, el número 31 del mundo superó en 2 horas y 59 minutos a Medvedev y se aseguró el pase a octavos de final contra el polaco Hubert Hurkacz.

Con la caída de Medvedev y la del español Rafael Nadal en segunda ronda, es la primera vez que el Abierto de Australia no tiene a sus dos últimos finalistas en octavos desde 2006, cuando Marat Safin no acudió y Lleyton Hewitt perdió su segundo partido.

Con una poderosa derecha, un sólido revés y casi dos metros de altura que lo convertían en un muro en sus frecuentes subidas a la red, Korda se demostró un molesto adversario para quien llegara el año pasado al número 1 del mundo.

Después de un largo primer juego en el que Medvedev salvó tres pelotas de ruptura, Korda rompió el servicio con una derecha ganadora.

Le costó recuperarse al ruso que tanto después de encajar ese quiebre como unos juegos después necesitó tratamiento médico en el brazo derecho.

El actual finalista del torneo pareció enmendar el enredo al empatar el parcial a 4-4, pero en el desempate, después de desperdiciar una pelota de set, el estadounidense se agenció una larga primera manga de 85 minutos.

Menos emoción tuvo el siguiente. Con una ventaja de 3-0 solo empezar, Korda se mostró muy superior a un Medvedev impotente en los golpeos y cerró en apenas 39 minutos la segunda manga con un punto clásico de saque potente y volea en la red.

Cuando todo parecía encarrilado para el joven, con un quiebre temprano en el último set, el ruso igualó nuevamente el parcial y, espoleado de repente, se avanzó a 5-4 tras un juego en blanco con dos saques directos y una volea desde la red.

Pero en un tie-break en el que consiguió una ventaja de 6-1, Korda finalmente definió con un derechazo abierto a la línea después de desaprovechar tres bolas de partido.

Felix vence al argentino Cerúndolo

Otro aspirante es el canadiense Felix Auger-Aliassime (N. 7), quien desplegó su mejor juego en Melbourne para superar en cuatro sets a Francisco Cerúndolo (N. 29), el último argentino vivo en el cuadro masculino individual.

Después de dos partidos con inicios erráticos, el canadiense entrenado por Toni Nadal, el tío del campeón español, apabulló en el primer set al bonaerense, que no inauguró su marcador hasta el sexto juego.

Más agresivo en el resto y dominante con su derecha, Cerúndolo consiguió igualar en el segundo set, pero luego se quedó impotente ante el canadiense, que se verá las caras con el checo Jiri Lehecka, vencedor del británico Cameron Norrie.

También pasó el polaco Hubert Hurkacz, que se enfrentará al vencedor entre Medvedev y el estadounidense Sebastian Korda. Y el verdugo de Nadal, Mackenzie McDonald, perdió contra el japonés Yoshihito Nishioka, que se cruzará con el ruso Karen Khachanov.

Inalcanzable Swiatek

Aprendida la lección de los batacazos de grandes nombres como Nadal, Ruud, Taylor Fritz o la tunecina Ons Jabeur, la polaca Iga Swiatek inició en modo apisonadora su cruce contra la española Cristina Bucsa (N. 100).

En apenas 55 minutos endosó un inapelable 6-0, 6-1 a la española, que venía de eliminar a la canadiense Bianca Andreescu, ex ganadora del Abierto de Estados Unidos.

«Vi a Cristina y sabía que puede ser sólida, así que no quería que pudiera remontar», dijo la polaca, que solo concedió seis puntos en el primer set.

En octavos, la campeona vigente de Roland Garros y del Abierto Estados Unidos, que todavía no cedió ningún set, se enfrentará con la ganadora en Wimbledon, la kazaja Elena Rybakina.

También expeditivas estuvieron las estadounidenses Jessica Pegula (N. 3) y Coco Gauff (N. 7), que solventaron sus rondas en dos sets y se enfrentarán en octavos a la checa Barbora Krejcikova y la letona Jelena Ostapenko, respectivamente.

Y la campeona en Australia en 2012 y 2013, la bielorrusa Victoria Azarenka se aseguró un puesto en octavos al superar a la estadounidense Madison Keys.

La resaca del Murray-Kokkinakis

Fuera de las canchas, todavía duraba la resaca del épico partido entre el escocés Andy Murray y Thanasi Kokkinakis, una batalla de cinco horas y 45 minutos que terminó a las 04:05 a.m., el tercer partido con un fin más tardío de la historia.

Ante las críticas del mismo Murray o la legendaria Martina Navratilova, el responsable del Open, Craig Tiley, defendió que «no hay necesidad de alterar el programa». «Tenemos que encajar los partidos en 14 días, con lo que no hay muchas opciones».

Pero tenistas como Pegula discreparon. «Esto no es sano (…) Es algo que definitivamente debe ser abordado y cambiado», afirmó.

En cambio, Tsitsipas lo consideró inevitable, e incluso positivo para el deporte. «¿Qué puedes hacer? Empezó a una hora razonable diría (…) Kokkinakis lo hizo largo. Murray lo hizo largo».

«Creo que al tenis le gustan estos partidos porque hay una historia detrás y va a ser recordado», dijo.