El cementerio de Puerto Príncipe, otra víctima más de la crisis en Haití

Tumbas abiertas, huesos esparcidos, animales que deambulan de día y de noche, prostitución….Este es el panorama que presenta el Gran Cementerio de Puerto Príncipe, fruto del deterioro y abandonado en medio de la crisis que sacude a Haití.

Desde hace casi tres siglos este cementerio no es solo lugar de enterramiento de miles de haitianos, entre ellos algunos ilustres, sino que en sus aproximadamente 12 hectáreas hay también mucho patrimonio, en él se llevan a cabo rituales de vudú y se asemeja cada vez más a una ciudad con decenas de habitantes y comerciantes.

El cementerio no escapa de la crisis

Se encuentra en pleno corazón de Puerto Príncipe, no lejos de la Estación Sur, en Portail Léogane, en una ciudad actualmente rehén de las bandas armadas que se disputan el territorio, lo que ha provocado que miles de personas huyan de sus casas.

En medio de una inseguridad creciente, el cementerio se deteriora y las celebraciones de Guédés (fiesta de los muertos) ya no atraen a grandes multitudes como antes. El lugar se degrada, al igual que la ciudad.

Según Raymond Valcin, quien dirige el cementerio desde hace dos años, la crisis de seguridad que atraviesa Haití, donde casi 200 bandas armadas actúan con total impunidad, está teniendo importantes repercusiones en su funcionamiento.

«Desde la crisis no recibimos muchos funerales. Se acabó la época en que había entre diez y veinte diarios. Hay días en que no hay ni uno solo», dice a EFE Valcin, quien precisa que al mes no se superan los treinta o cuarenta sepelios.

La razón es simple: las familias prefieren que los suyos descansen en otros cementerios y otras zonas.

La inseguridad reinante afecta asimismo a los ingresos y, aunque hay grupos exentos de pago, un funeral por regla general cuesta unos 5.000 gourdes (unos 34 dólares) a unas familias inmersas en una aguda crisis, situación que también «ha sacudido terriblemente al cementerio«, insiste su director.