La policía del agua patrulla Los Ángeles en medio de dramática sequía

LOS ANGELES, EE. UU., AFP.- Damon Ayala patrulla a diario las calles de Los Ángeles vigilando las aceras, fiscaliza las centenas de denuncias que reciben semanalmente de la comunidad sobre despilfarro de agua cuando California y la región oeste de Estados Unidos siendo azotada desde hace años por una dura sequía.

Este especialista en conservación forma parte del equipo del Departamento de Agua y Energía que fiscaliza los cientos de denuncias que recibe semanalmente.

La comunidad acusa un despilfarro de agua cuando California y la región oeste de Estados Unidos están siendo azotadas desde hace años por una dura sequía.

Con récords de falta de agua en el primer trimestre del año, la ciudad se encuentra por primera vez en la fase tres de su plan de contingencia que ordena una advertencia informativa ante la primera infracción.

Damon Ayala, agente del Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles: «Comienza con una citación de advertencia. Y luego de eso, en la fase tres de la ordenanza, comienza con 200 dólares. La siguiente infracción es de 400 dólares. Y luego la siguiente es de 600 dólares. En última instancia podemos restringir su flujo de agua si no están en cumplimiento».

Científicos atribuyen la situación en gran parte al cambio de patrones climáticos producidos por la acción humana y la quema indiscriminada de combustibles fósiles.

Con embalses y ríos alcanzando mínimos históricos, las autoridades aumentaron las restricciones en Los Ángeles, limitando a no más de 15 minutos de agua para los jardines dos días a la semana.

Damon Ayala, agente del Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles: «Muchas veces no conocen la ordenanza. Y ese es nuestro trabajo, educarlos. Lo primero que queremos es un cambio de comportamiento. No buscamos realmente su dinero, eso no nos da más agua. Intentamos conseguir un cambio de comportamiento».

Marianne Simon da clases y talleres en el marco de un programa del Departamento de Agua y Energía para incentivar a los habitantes a cambiar la grama por alternativas menos sedientas.

Marianne Simon, paisajista: «La realidad es que este tipo de jardines no tendrían problemas con esa cantidad de agua, de hecho, podrían hacerlo con menos, pero nuestros céspedes tradicionales no pueden sobrevivir con eso. Así que la gente está buscando lo que es posible».

El Departamento de Agua y Energía parece comenzar a ver resultados.

Las autoridades observaron en junio una reducción de la demanda de agua residencial comparado con el mismo mes en 2021.