Una cifra récord de creyentes abandonó la Iglesia católica alemana en 2021

Berlín, 27 jun (EFE).- Casi 360.000 personas abandonaron la Iglesia católica en Alemania en 2021, según datos presentados este lunes, una cifra récord que según la propia institución guarda relación con los escándalos de abusos sexuales a menores.

De acuerdo con estadísticas publicadas por la Conferencia Episcopal de Alemania, el año pasado dieron la espalda a la Iglesia 359,338 fieles, con lo que se supera el anterior récord, de 273.000, en 2019.

Los datos muestran la «profunda crisis» en que se encuentra la Iglesia, declaró al respecto el presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo Georg Bätzing, que manifestó estar «conmocionado».

Agregó que según sus informaciones no sólo abandonaban la iglesia feligreses que desde hace tiempo ya no tenían contacto con su parroquia, sino también muchas personas que hasta ahora estaban «muy implicadas».

Según Bätzing, esto quiere decir que el proceso de renovación que emprendió la Iglesia católica alemana en 2019 a raíz de un informe sobre los abusos sexuales a menores en el seno de la institución «no ha llegado todavía al contacto con los creyentes».

«Los escándalos que lamentamos en el interior de la Iglesia y de los que en medida significativa somos nosotros mismos responsables, se ven reflejados en la cifra de salidas,» afirmó el obispo.

Bätzing agregó que es preciso despedirse de la idea de que el número de practicantes vuelva a ascender y de que las iglesias vuelvan a llenarse, aunque al mismo tiempo afirmó que las estadísticas constituyen para él un mandato de «continuar con valor el camino emprendido».

Según las estadísticas publicadas hoy, en la actualidad la Iglesia católica cuenta en Alemania con 21.645.875 miembros, lo que supone un 26 % de la población total.

La Iglesia evangélica alemana publicó sus propias estadísticas en marzo, que revelaron también una cifra récord de abandonos, con 280.000 protestantes menos en 2021.

En enero, un informe encargado por el arzobispado de Múnich (sur de Alemania), estableció que el más tarde papa emérito Benedicto XVI supo en su periodo como jerarca de la Iglesia católica alemana de la existencia de casos de abusos sexuales a menores y en varias ocasiones no tomó las medidas que debería haber adoptado para evitar más abusos.