América Latina avanza sin líneas rectas y alternancias políticas

RÍO DE JANEIRO –  América Latina avanza en un nuevo ciclo período de gobiernos de izquierda, con la posibilidad de ampliar su predominio en las elecciones presidenciales de Colombia, en mayo, y de Brasil, en octubre de 2022.

Las alternancias tienden a ser más radicales, tras el ascenso de la derecha, incluso la extremada, en la región desde la década pasada, acentuado por la elección del presidente Jair Bolsonaro, en 2018, basada en el imaginario de la dictadura militar de 1964-1985 y la buena reputación popular de las Fuerzas Armadas en Brasil.

El neto triunfo de Gabriel Boric, postulado por una multicoalición de partidos y movimientos izquierdistas, incluyendo al Partido Comunista, en los comicios del 19 de diciembre en Chile, sucede al de Pedro Castillo, un líder campesino considerado visto como de extrema izquierda, en Perú, el 6 de junio.

Colombia, donde los conflictos armados favorecieron gobiernos represivos de derecha, la izquierda tiene como candidato favorito para las elecciones presidenciales de mayo próximo, al senador Gustavo Petro, derrotado en la segunda vuelta en 2017 por el actual presidente Iván Duque.

Petro, candidato por el movimiento Colombia Humana, se beneficia también de la pérdida de influencia del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), líder de la extrema derecha colombiana que escogió a sus sucesores hasta ahora, aunque el primero de ellos, Juan Manuel Santos (2010-2018), lo «traicionó» y promovió y logró en 2016 un histórico acuerdo de paz con la guerrilla.

En Brasil parece irreversible la vuelta de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia, sostenida por la memoria de un gobierno entre 2003 y 2010 que redujo la pobreza y la desigualdad, en contraste con el desastre de la gestión ultraderechista de Bolsonaro, que intentará reelegirse