Estudio de vacuna de Sinopharm en Perú promete datos fiables pese a polémicas

LIMA. -Los resultados del ensayo clínico de la vacuna china de Sinopharm realizado en Perú estarán “muy pronto” completos para ser analizados, aseguró este sábado el epidemiólogo Sergio Recuenco, director de la investigación.

Pese a que se había anunciado que los datos serían divulgados entre abril y mayo, el responsable del ensayo atribuyó esas demoras a las consecuencias del escándalo de vacunación irregular de altos funcionarios ocurrido con dosis de esa vacuna y a la “intensa campaña” de desinformación por sectores de la oposición.

“Hay una gran expectativa y un gran número de críticas injustificadas hacia la vacuna”, aseguró Recuenco en una ponencia ofrecida en el Encuentro Por la Investigación Cayetano Heredia (Epicah).

Este encuentro virtual fue organizado por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), una de las dos universidades encargadas de realizar el ensayo clínico de Sinopharm en Perú junto a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).

Recuenco destacó que Perú es uno de los tres países donde se han realizado ensayos clínicos de Sinopharm fuera de China, una investigación independiente que no está interconectada a las realizadas en Argentina y Emiratos Árabes Unidos.

“LOS DATOS NO HAN SIDO AFECTADOS”

Pese a toda la polémica suscitada por esta vacuna en el país, el investigador aseguró que el informe de resultados contendrá datos confiables.

“Debido a la campaña intensa contra la vacuna por personas no debidamente informadas, hemos tenido una gran cantidad de personas que han decidido vacunarse con otra vacuna y retirarse del proyecto. Sin embargo, los datos no han sido afectados, porque los tiempos de información de recolección se cumplieron”, apuntó Recuenco.

El director de la investigación hizo mención así a personalidades como el congresista fujimorista Ernesto Bustamante, que divulgó unos resultados preliminares e incompletos de la investigación para afirmar que esta vacuna era “agua destilada”.

Asimismo, recordó que la investigación, que reúne a unos 12.000 voluntarios, ha sufrido modificaciones sobre los objetivos iniciales durante el mismo proceso.

El primer cambio fue replantear la eficacia de las vacunas sobre la base de prevenir casos moderados y severos de covid-19 y no únicamente respecto a evitar el contagio como inicialmente se creía que podría lograrse con las dosis.

La otra modificación relevante fue la decisión de aplicar a todos los participantes en el estudio la vacuna de Pekín, uno de los dos tipos que estaban bajo estudio, al intuirse que era más eficaz que la de Wuhan.

TRABAJO DURANTE SEGUNDA OLA

A ello se agregó que el grueso de la investigación transcurrió durante el pico de la segunda ola de la pandemia de covid-19, lo que hizo que los investigadores tuvieran muchos más contagios entre los voluntarios de los previstos inicialmente, lo que repercutirá en una mejor evaluación sobre la eficacia de la vacuna de Sinopharm.

“Adelantar datos que no están todavía consolidados no es una buena idea. Queremos dar datos sólidos de manera adecuada y ordenada”, reiteró.

Recuenco también señaló la importancia del estudio de Sinopharm realizado en Perú ya que, a diferencia del elaborado en los Emiratos Árabes Unidos (EUA), este sí se ha realizado a personas mayores de 60 años.

La información recolectada también tendrá la particularidad de que se ha tomado con la variante lambda, que fue la predominante durante la segunda ola en Perú y es distinta a las variantes tenidas en cuenta en la investigación de los EUA.

CUREVAC EN BAJAS DOSIS

Por su parte, la investigadora Theresa Ochoa, responsable del ensayo clínico realizado en Perú sobre la vacuna alemana de CureVac, comentó las hipótesis manejadas sobre la baja eficacia que mostró la investigación de un 48,2 %, por debajo del 50 % exigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Entre las razones evaluadas está la diversidad de variantes utilizadas en el estudio de CureVac, distintas a la variante sobre la que se diseñó la vacuna.

Sin embargo, la más plausible para los investigadores es la baja dosis utilizada en las inyecciones, de 12 microgramos, muy menor a las otras vacunas que también utilizan la tecnología del ARN mensajero como Pfizer y Moderna.